jueves, 18 de febrero de 2016

STURM UND DRANG

La Alemania de Goethe
Sturm und Drang

Por Luis Quintana Tejera.
Fragmento de El pensamiento filosófico de Goethe,
Toluca, Uaem, 2010


      En toda Europa, Alemania es la primera nación que logra imponer un maduro y fecundo romanticismo frente al neoclasicismo.  La inicial manifestación del romanticismo alemán como corriente filosófico-literaria se ubica entre los años 1798 y 1803.[28]  Las circunstancias que motivaron esta relativamente acelerada transición entre una y otra corrientes se concentran, aunque no de forma exclusiva, en el grupo de Weimar.  Este grupo, encabezado, pese a su juventud, por Goethe, es la fuente del Sturm und Drang, movimiento cuyas actitudes explosivas buscan el equilibrio que permita la fructífera unión entre la razón y el impulso.  Desde 1777 Herder, Goethe, Schiller, Wieland y Lessing, entre otros, comenzaron a manifestar mediante escritos filosóficos, científicos, críticos y literarios su concepción del pensamiento como una actividad libre y espontánea, nutrida por las legendarias fuentes de la autóctona tradición germana, regida en todo momento por la disciplina de la crítica no dogmática.

      La influencia del Sturm und Drang en el romanticismo ha sido tradicionalmente concretada en la concepción de la poesía, el culto a la Naturaleza y el uso de fuentes populares y nacionales.  Tan somera descripción, a pesar de ser fundamentalmente cierta, precisa ser completada; para efectos de esta exposición nos limitaremos a los aspectos que involucren al autor de Fausto.

       Herder, pilar teórico del Sturm und Drang, se entregó al estudio de la Biblia y Homero, así como de sagas, poemas escandinavos, antiguos cantos populares y Shakespeare, lecturas en las que encontraba la espontánea y natural manifestación poética por excelencia.  Esta actitud librepensadora es una de las bases prerrománticas de mayor influencia en las producciones intelectuales contemporáneas y posteriores.

      Goethe simpatizó con las ideas de Herder en tal medida que durante 1770 y 1771 lo frecuentó para discutirlas.[29]  Posteriormente constituyen, junto con otros intelectuales, el citado grupo que adoptó el nombre de un drama de Maximilian

Klinger.  Sobre el criterio estético de los Stürmer, consecuencia directa de los postulados filosóficos asumidos, van Tieghem comenta:

      Toda poesía, toda literatura debe brotar directamente del genio del autor, libre de tradiciones, de reglas, de sujeciones o imposiciones morales o sociales [...] el autor debía, según ellos, mantenerse original, en vez de imitar; seguir a la Naturaleza en sus ingenuidades o en sus rudezas, sin cuidarse de estilizarla por medio del arte.  Genio, originalidad y Naturaleza eran el santo y seña de aquella escuela.[30]
      En consecuencia, puede observarse que exigían de la poesía sinceridad y ruptura con los convencionalismos y una expresión directa de lo subjetivo, del alma del autor; de aquí que se autodesignaran "genios originales".

      Como anteriormente señalamos, Goethe fue el líder del Sturm und Drang, destacado por su carácter rigurosamente disciplinado y su genialidad.  Él como nadie

      Encarna el prerromanticismo bajo sus dos aspectos principales: el osado impulso que derriba lindes mojoneros y la ensoñación melancólica que sigue a la depresión.[31]
      Sus impulsos creadores se manifiestan en actitudes tales como la de iniciar y abandonar escritos de la magnitud de Fausto; afortunadamente concluido, a instancias de sus amigos, poco antes de la muerte del autor.  Indudablemente se propuso y logró subordinar el enérgico torrente de su carácter al genio racionalmente organizado, tal como lo escribió en Wilhelm Meister: "una fuerza en nosotros es capaz de suscitar lo que debe ser".[32]  En esto consistió su sabiduría equilibrada, principal diferencia entre su personalidad y las del resto del grupo.

      En el marco conceptual de los Stürmer la Naturaleza se considera energía regente del universo moral tanto como del material.  Esta idea les lleva a manifestarse a partir del libre impulso, de la exteriorización de los aspectos internos y eternos del hombre original tales como sus pasiones y deseos, su carácter y todo aquello que permanece después de excluir los vanos ornamentos de la etiqueta, las normas y la civilización, cuyas exigencias se inclinan por fundir al individuo en la masa colectiva anónima.


      En la filosofía de Goethe "el inconsciente es la raíz del ser humano, su punto de inserción en el vasto proceso de la Naturaleza",[33] es lugar desde el cual surge el ímpetu, el impulso creador que distingue al individuo a la par que lo eleva cual copartícipe de la Naturaleza, universo en el que todo confluye armoniosamente.

      El auténtico genio creador es tempestuoso, hombre de carácter forjado.  Así lo prueba la siguiente afirmación crítica de Goethe frente a la personalidad del príncipe Hamlet:

      Una naturaleza hermosa, pura, noble, altamente moral, sin la fuerza vital que hace al héroe, sucumbe bajo un peso que no puede ni llevar ni arrojar.[34]
      En la Alemania de los Stürmer, sólo un espíritu templado podía ser capaz de conjuntar exitosamente los contrastantes extremos que éstos exigían.  Como muestra de esta actitud en la literatura, véase la siguiente afirmación de Goethe:

      En los griegos y en algunos romanos encontramos una separación y una depuración de los diferentes géneros poéticos, pero a nosotros los nórdicos no se nos pueden proponer exclusivamente aquellos modelos.  Disponemos de otros antepasados de quienes gloriarnos, y tenemos varios modelos a la vista.  Si no hubiera sido por el sesgo romántico de los siglos bárbaros, lo monstruoso y lo trivial  no hubiera [sic] entrado en contacto y no tendríamos un Hamlet, un Lear, una Devoción de la cruz, un Príncipe constante.  Y mantenernos animosamente en la cumbre de estas ventajas bárbaras, puesto que nunca estaremos en las condiciones de los antiguos, es nuestra obligación.[35]
      En la producción intelectual, Goethe vuelca su concepción de la Naturaleza como unidad vivida en lo individual, cosmos experimentado simbólicamente en las particulares manifestaciones dinámicas, equilibrio entre el todo y sus partes.  Como bien señala Béguin, para los Stürmer

                  La obra de arte es un objeto, y, como tal, algo finito; indudablemente, este objeto y su forma son portadores del infinito, pero no podemos percibirlo, sino amando el objeto tal como es, en su medida.  Sucede lo que con el instante, en el cual se concentra la eternidad, pero que para nosotros sigue siendo el instante.[36]     





BARROCO, CLASICISMO MODERNO Y NEOCLASICISMO

EL BARROCO EUROPEO
Por Luis Quintana Tejera
De Literatura I, México, 
Patria, 2016.
RECUERDA LO QUE SABES
1. En un contexto cultural, ¿qué entiendes por Barroco?
2. Cuando dices en el habla cotidiana: “Este planteamiento es muy barroco”, ¿a qué te refieres?
3. Como corriente literaria el Barroco alcanzó mayor esplendor en España y sobre todo en poesía lírica; ¿recuerdas el nombre de algún poeta que pertenezca a esta corriente?
4. ¿En qué siglo se desarrolla el Barroco?
5. ¿Qué relación existe entre el Barroco y el Renacimiento?
6. ¿Cervantes pertenece al Barroco?
7. El teatro de Lope de Vega, ¿se ubica en el Renacimiento o en el Barroco.
Concepto y ámbito del Barroco64
En el siglo XVII, en su primera mitad, se manifiesta en toda Europa un fenómeno post-renacentista, que significa en cierto modo un retorno a lo medieval, al mismo tiempo que una reacción contra el espíritu renacentista que caracterizaba al siglo XVI. Es el Barroco.
En la segunda mitad del siglo XVII, la literatura de todos los países europeos, excepto Francia, pasa por un momento de decadencia, que se  caracteriza por la exageración y degeneración de lo Barroco. La literatura francesa, que había participado de la tendencia barroca en la primera mitad del siglo, se aparta ahora del barroquismo, para realizar el ideal clásico, en su edad de oro, que corresponde al siglo de Luis XIV.
Por consiguiente en el siglo XVII, encontramos dos movimientos literarios que lo caracterizan: el Barroco, que es común en toda Europa, y el Clasicismo francés o Clasicismo moderno, que florece en la segunda mitad del siglo. Inicialmente explicaremos el primero de ellos.
La concepción del Barroco como movimiento cultural y literario dominante en el siglo XVII, al mismo tiempo que como constante histórica opuesta al clasicismo, es de origen reciente.
Según algunos, la palabra barroco tendría el mismo origen etimológico que barrueco, vocablo que significa en orfebrería “perla irregular” y que procede del latín verruca, verruga. En italiano barroco significa “acumulación”. Pero lo más probable es que proceda de baroco vocablo utilizado por la lógica medieval para designar una de las figuras del silogismo. Ahora bien; la antipatía del Renacimiento contra el escolasticismo y aristotelismo en general, condujo a un empleo despectivo de sus términos. Así barroco se hizo sinónimo de absurdo, confuso. En realidad, este significado de censura se mantuvo aplicado a la historia de los estilos hasta Jacobo Burckhardt, a partir del cual el vocablo barroco se emplea como denominación objetivo de un estilo determinado.
Lo barroco como constante histórica
De acuerdo con la opinión de Eugenio D´Ors en el año 1931 se operó una revisión fundamental en el concepto Barroco. A partir de ese momento, se atribuyen al Barroco los siguientes caracteres que de alguna manera son opuestos a los que la historia había trabajado hasta el presente.
1° El Barroco no es una tendencia limitada a las artes plásticas, sino común a todas las manifestaciones de la ciencia.
2°  No es un movimiento peculiar a determinado país, época o región, sino común a todos los países y a todas las épocas.
3° El Barroco no es el producto de la desintegración o descomposición del Renacimiento, sino el “anticipo de las soluciones románticas”. Del mismo modo que el Romanticismo, el Barroco repugna a la razón; se caracteriza por la espontaneidad y la “la soberanía de la naturaleza sobre el espíritu”.
4°  El Barroco no es una “enfermedad del gusto”, sino “una de las formas de la normalidad en el gusto”. Constituye una constante histórica, permanente y universal, opuesta al clasicismo, que se caracteriza: por el movimiento, por la transgresión  de los límites entre las artes, especialmente entre la pintura y la escultura y por la multipolaridad; a diferencia de los clásico, el autor barroco no desarrolla su obra en torno a un centro, sino a varios; en la pintura barroca parecía que el centro estuviese fuera del cuadro.

Caracteres culturales y literarios del barroco
Ante la dificultad de concretar en una definición a un fenómeno tan complejo como el Barroco, seguiremos para exponer su concepto, la vía de la caracterización. Los caracteres del Barroco tienen mucho más de esquemático y arbitrario que los de otras épocas, que aparecen más claramente configuradas, en la historia de la literatura.
El Barroco se caracteriza por el dinamismo y el culto al contraste; por la preocupación religiosa; sensualidad y misticismo; por el pesimismo, la melancolía y el amor a la soledad; por el amaneramiento y agudeza, por la exaltación de la individualidad y la influencia española.
1° Dinamismo y culto al contraste. Puede establecerse un paralelismo entre las artes y la literatura correspondientes a una misma época. Así, las formas arquitectónicas grecorromanas del Renacimiento se caracterizan por las líneas clásicas, acabadas, perfectas; producen una impresión de equilibrio, serenidad y armonía.
Por el contrario, el Barroco se caracteriza por las líneas truncas, inacabadas, frontones rotos, arcos incompletos; produce una impresión de desequilibrio, dinamismo y contraste.
Afirma Díaz Plaja refiriéndose al Barroco literario, que se caracteriza por el culto al contraste estético (choque de colores, exageración de relieves, expresionismo) e ideológico (confrontación violenta de temas opuestos): Amor- Dolor, Vida- Muerte, Juventud- Vejez, etcétera.
2°  Preocupación religiosa.- Al neopaganismo renacentista, que se satisface en el culto al hombre y a la naturaleza, lo sustituye en ansia motivada por la búsqueda de Dios.
Corresponde el Barroco a la época de la Contrarreforma y participa por lo tanto de esa intensa inquietud religiosa.
3°  Sensualidad y misticismo. Juntamente con esa preocupación religiosa, el espíritu barroco se caracteriza por el sensualismo y el materialismo, por un desencanto del ideal y un apego a las cosas concretas.
Existe una tendencia a la humanización de lo sobrenatural. El neoplatonismo, que había dominado durante el Renacimiento, conducía mediante un proceso de idealización, a la concepción de la mujer como un ser distante e imposible (Beatriz), a la concepción de la naturaleza como un reflejo de la Divinidad (Fray Luis) y a la concepción del hombre como centro del universo y acreedor a la gloria.
El Barroco se caracteriza por el desencanto de todos esos ideales. La mujer se convierte en una cosa concreta, carnal, próxima al poeta; el paisaje adquiere un mero valor de objeto plástico, y el hombre se encuentra rodeado de cosas sensibles que lo aprisionan.
El mundo artificioso del Renacimiento es sustituido por una tendencia de la realidad que se percibe con los sentidos, pero al mismo tiempo y contradictoriamente el espíritu se eleva en una actitud mística a un mundo de imaginación totalmente divorciado de la realidad. Son las dos fuerzas opuestas que integran un aspecto del dualismo barroco, de contrastes extremos; sensualidad y misticismo; anhelo realista del mundo, fuga ascética del mundo.
4° Pesimismo y melancolía. Amor  a la soledad. El espíritu en que se desenvuelve la Reforma y la Contrarreforma es de reacción contra el renacentismo vital y paganizante traído de Italia.
Los temas de amores y placeres dan paso a una poesía de desengaño y tristeza.
5° Amaneramiento y agudeza. El Barroco se caracteriza por un amaneramiento contrario a la naturalidad, que es el ideal de lo clásico; por un rebuscamiento, un abuso de tropos, de imágenes y de metáforas, por la agudeza en los conceptos y el retorcimiento en la expresión.
El siglo XVII, especialmente en España, se opone al XVI, cuyas notas características son la claridad, la precisión la pureza y la sencillez.
El Barroco se caracteriza por el simbolismo, por la extravagancia de sus procedimientos y por el acrobismo de la versificación.

6° Exaltación de la individualidad. Al decir de Pfandl, el Barroco se caracteriza por un prurito de individualismo y de originalidad ingeniosa, que no vuelve a encontrarse hasta el impulso genial del Romanticismo.
El ideal barroco del hombre de ingenio procede de España. Ingenio equivale a refinada espiritualidad que reúne inteligencia, agudeza, ironía, gracia y buen gusto. No es el orgullo del saber, característico del Renacimiento humanista, sino el talento, arbitrariamente barroco, basado en sí mismo. Cuando degenera y se hace superficial, se convierte en ingeniosidad y manía de originalidad.
Este individualismo barroco se manifiesta especialmente en el conceptismo, pero también en el culteranismo, cuya rebuscada oscuridad no es otra cosa que orgulloso aislamiento y deliberado propósito de apartarse del hombre vulgar.
7° Influencia española. En el siglo XVII, España sustituye a Italia en al dirección de la cultura europea; el espíritu español, esencialmente barroco, culmina en esta época y orienta toda la literatura europea.
Algunos autores identifican el predominio del espíritu español de la Contrarreforma con el concepto de lo barroco y llegan  a afirmar que allí donde hay influencia española, hay barroquismo.
El Barroco en los principales países europeos65
1. En España
España, que es un país esencialmente barroco, en el siglo XVII exagera sus propias tendencias naturales y convierte su barroquismo eterno e inconsciente en un barroquismo histórico y consciente.
La dirección política de la Casa de Austria solidaria con el triunfo del Catolicismo, es decir de la Contrarreforma, será un factor decisivo en esta actitud anti-renacentista (y de reacción contra el neopaganismo italianizante) que caracteriza al Barroco.
El Barroco literario en España se manifiesta en tres direcciones: El culteranismo que domina en la poesía y cuyo principal representante es Luis de Góngora; el conceptismo que se refleja especialmente en la prosa y que tiene como agente dominante a Francisco de Quevedo; el calderonianismo que continúa el estilo barroco de Calderón de la Barca.
El culteranismo también llamado cultismo o gongorismo presenta las siguientes notas dominantes:
A. Se continúan y profundizan las propuestas líricas del Renacimiento.
B. Se introducen neologismos con la finalidad de crear un lenguaje culto y refinado.
C. Un recurso poético importante consiste en el empleo del hipérbaton o alteración del orden sintáctico normal de una oración con fines poéticos, a modo de sintaxis latina y, también, utilización de metáforas audaces y caprichosas.
D. Afán de demostrar conocimientos mitológicos.
El conceptismo surge a partir del segundo tercio del siglo XVII con Francisco de Quevedo. Sus características principales son:
A. Movimiento anticulterano.
B. Recurre a la metáfora como juego intelectual y no para el enriquecimiento sensorial de la frase como lo había hecho Góngora.
C. Repudia el halago retórico y se orienta hacia el terreno filosófico de donde rescata los “conceptos” rectores de la nueva dirección poética.
El calderonianismo se manifiesta preponderantemente en el teatro y en particular en el drama de Calderón de la Barca.
Los elementos barrocos en Calderón puede ser sintetizados así:
A. Poderoso dinamismo.
B. Retorcimiento conceptual y metafórico.
C. Una particular movilidad en la misma acción y en los personajes.
D. Un equilibrio inestable, análogo al de las formas inacabadas, abiertas del arte coetáneo.
E. un contraste, entre los personajes, entre las acciones opuestas y las actitudes de éstos, que en la forma exterior coincide con las antítesis y paradojas, y que tiene por equivalente el claroscuro en pintura.
F. Una derivación hacia la ternura, el sentimiento, la nostalgia.
G. Tendencia a la hipérbole, hacia lo desmesurado.
H. En el drama domina un eje central y una ley de subordinación, y se da un abundante elemento decorativo, metáforas brillantes que revelan lo poético y lo pintoresco.66
2. En Italia
Desde la segunda mitad del siglo XVI se hispaniza el renacimiento italiano por la supremacía política de España y por su influencia espiritual, que se ejerce desde la iniciación del Concilio Trento (1545).
La tendencia española a dar a todo asunto una enfoque religioso, a tratarlo “a lo divino”, es adoptada por los escritores italianos.
La obra maestra de la literatura barroca italiana es la Jerusalén Libertada (1575) de Torcuato Tasso, epopeya de base religiosa que traduce la preocupación de la época de la Contrarreforma. Se caracteriza por la melancolía, por una mezcla de sensualidad y religiosidad, una especia de casta voluptuosidad, de remordimiento y arrepentimiento, y finalmente por un arrebato propio del misticismo español que contrasta con la atrevida sensualidad pagana, típicamente renacentista de Ludovico Ariosto, autor renacentista ya estudiado supra.
3. En Inglaterra
Es asombroso que un país protestante y sajón haya adoptado durante medio siglo los elementos espirituales de España, adversaria en lo político y en lo religioso.
El eufuismo constituye la manifestación típica del barroco inglés; es una tendencia equivalente al culteranismo. Se caracteriza por el tono alambicado, por la afectación del estilo y el empleo de imágenes absurdas. Sin embargo el esplendor y la brillantez son cualidades del Euphues de Lyly que significa una revolución en el estilo y que influirán en la etapa preparatoria del periodo isabelino.
En efecto, los primeros dramas de Shakespeare sufren la influencia del Eufuísmo. Más tarde, en Hamlet, Shakespeare ridiculizará a Lyly.
El más hispanizado y el más barroco de los poetas ingleses de la época es Milton (1608-1672), autor de El Paraíso Perdido.
4. En Francia
En el siglo XVII francés podemos distinguir tres momentos:
1° Período de preparación del clasicismo y de manifestación del barroco (1610-1659)
2° Periodo del clasicismo moderno o clasicismo francés (1659-1687)
3° Período de transición hacia el Neoclasicismo del siglo XVIII (1687-1721)
En los comienzos del primer período del siglo XVII se advierte una reacción contra la literatura renacentista de Ronsard. Surge una tendencia a depurar la lengua y el verso, reforma que fue iniciada por Malherbe y continuada por las academias y los salones literarios.
La Academia Francesa fundada privadamente por Conrart, se oficializa con Richelieu.
Los salones tienen enorme importancia; constituyen verdaderos centros literarios en esta etapa anterior a la implantación del absolutismo monárquico.

Autores y obras representativas del Barroco Español

El culteranismo: Luis de Góngora.

ROMANCES

La más bella niña
de nuestro lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice
que escucha su mal:
       
     Dejadme llorar
     orillas del mar.

Pues me distes, madre,
en tan tierna edad
tan corto el placer,
tan largo el pesar,
y me cautivastes
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad,

     Dejadme llorar
     orillas del mar.

En llorar conviertan
mis ojos, de hoy más,
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden
mejor ocupar,
yéndose a la guerra
quien era mi paz.

     Dejadme llorar
     orillas del mar.

No me pongáis freno
ni queráis culpar;
que lo uno es justo,
lo otro por demás.
Si me queréis bien
no me hagáis mal;
harto peor fuera
morir y callar.

     Dejadme llorar
     orillas del mar.

Dulce madre mía,
¿quién no llorará
aunque tenga el pecho
como un pedernal,
y no dará voces
viendo marchitar
los más verdes años
de mi mocedad?

     Dejadme llorar
     orillas del mar.

Váyanse las noches,
pues ido se han
los ojos que hacían
los míos velar;
váyanse, y no vean
tanta soledad,
después que en mi lecho
sobra la mitad.

     Dejadme llorar
     orillas del mar.67
Letrillas.

      96-1581

Ándeme yo caliente
y ríase la gente.

Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.

Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados,
como píldoras dorados;
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.

Cuando cubra las montañas
de blanca nieve enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.

Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.

Pase a media noche el mar,
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.

Pues Amor es tan cruel,
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.68

Alegoría de la brevedad de las
      cosas humanas

Aprended, flores, en mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui,
y sombra mía aun no soy.

La aurora ayer me dio cuna,
la noche ataúd me dio;
sin luz muriera, si no
me la prestara la luna.
Pues de vosotras ninguna
deja de acabar así,
Aprended, flores, en mí, etc.

Consuelo dulce el clavel
es a la breve edad mía,
pues quien me concedió un día,
dos apenas le dio a él;
efímeras del vergel,
yo cárdena, él carmesí.
Aprended, flores, en mí…

Flor es el jazmín, si bella,
no de las más vividoras,
pues dura pocas más horas
que rayos tiene de estrella;
si el ámbar florece, es ella
la flor que él retiene en sí.
Aprended, flores, en mí…

Aunque el alhelí grosero
en fragancia y en color
más días ve que otra flor,
pues ve los de un mayo entero,
morir maravilla quiero,
y no vivir alhelí.
Aprended, flores, en mí…

A ninguna al fin mayores
términos concede el sol,
si no es al girasol,
Matusalén de las flores;
ojos son aduladores
cuantas en él hojas vi.
Aprended, flores, en mí…
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui,
y sombra mía aun no soy.69


SONETOS

224-1582


Ya besando unas manos cristalinas
ya anudándome a un blanco y liso cuello,
ya esparciendo por él aquel cabello
que Amor sacó entre el oro de sus minas,

ya quebrando en aquellas perlas finas
palabras dulces mil sin merecello,
ya cogiendo de cada labio bello
purpúreas rosas sin temor de espinas,

estaba, oh claro Sol invidioso,
cuando tu luz, hiriéndome los ojos,
mató mi gloria y acabó mi suerte.

Si el cielo ya no es menos poderoso,
porque no den los tuyos más enojos,
rayos, como a tu hijo te den muerte.69


228-1582

Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al Sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o víola troncada
se vuelva, más tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.70
                       
FABULA DE POLIFEMO Y GALATEA

{Descripción de Galatea}

             XIII
…Ninfa de Doris hija, la más bella,
adora, que vio el reino de la espuma.
Galatea en su nombre, y dulce en ella
el terno Venus de sus gracias suma.
Son una y otra luminosa estrella
Lucientes ojos de su blanca pluma:
Si roca de cristal no es de Neptuno,
Pavón de Venus es, cisne de Juno.

              XIV
Purpúreas rosas sobre Galatea
la Alba entre lirios cándidos deshoja;
duda de Amor cuál más su color sea,
o púrpura nevada, o nieve roja.
De su frente la perla es, eritrea,
émula, vana. El ciego dios se enoja,
y, condenado su esplendor, la deja
perder en oro al nácar de su oreja.

              XV
Invidia de las ninfas y cuidado
de cuantas honra el mar deidades era;
pompa del marinero niño alado
que sin fanal conduce su venera.
Verde el cabello, el pecho no escamado,
ronco sí, escucha a Glauco la ribera
inducir a pisar la bella ingrata,
en carro de cristal, campos de plata.

{Descripción de la isla de Sicilia, abrasada de amor por Galatea}
              XXI
Arde la juventud, y los arados
peinan las tierras que surcaron antes,
mal conducidos, cuando no arrastrados
de tardos bueyes, cual su dueño errantes;
sin pastor que los silbe, los ganados
los crujidos ignoran resonantes,
de las hondas, si en vez de pastor pobre,
el céfiro no silba, o cruje el robre.
             
            XXII
Mudo la noche el can, el día, dormido,
de cerro en cerro y sombra en sombra yace.
Bala el ganado; al mísero balido,
nocturno el lobo de las sombras nace.
Cébase; y, fiero, deja humedecido
en sangre de una lo que la otra pace.
¡Revoca, Amor, los silbos, o a su dueño
el silencio del can siga, y el sueño!

{Encuentro de Acis y Galatea}

            XXIII
La fugitiva ninfa, en tanto, donde
hurta un laurel su tronco al sol ardiente,
tanto jazmines cuanta hierba esconde
la nieve de sus miembros, da a una fuente.
Dulce se queja, dulce le responde
un ruiseñor a otro, y dulcemente
al sueño da sus ojos la armonía,
por no abrazar con tres soles el día.

            XXIV
Salamandria del Sol, vestido de estrellas,
latiendo el Can del cielo estaba, cuando
(polvo el cabello, húmidas centellas,
si no ardientes aljófares, sudando)
llegó Acis; y , de ambas luces bellas
dulce Occidente viendo al sueño blando,
su boca dio, y sus ojos cuanto pudo,
al sonoro cristal, al cristal mudo.

            XXVII
Caluroso, al arroyo de las manos,
y con ellas las ondas a su frente,
entre dos mirtos que, de espuma canos,
dos verdes garzas son de la corriente.
Vagas cortinas de volantes vanos
corrió Favonio lisonjeramente
a la (de viento cuando no sea) cama
de frescas sombras, de menuda grama.

            XXVIII
La ninfa, pues, la sonorosa plata
bullir sintió del arroyuelo apenas,
cuando, a los verdes márgenes ingrata,
segur se hizo de sus azucenas;
huyera; mas tan frío se desata
un temor perezoso por sus venas,
que a la precisa fuga, al presto vuelo,
grillos de nieve fue, plumas de hielo.

            XXXI
Entre las ramas del que más se lava
en el arroyo, mirto levantado,
carcaj de cristal hizo, si no aljaba,
su blanco pecho, de un arpón dorado.
El monstruo de rigor, la fiera brava,
mira la ofrenda ya con más cuidado,
y aun siente que a su dueño sea, devoto,
confuso alcaide más, el verte soto.

           XXXII
Llamáralo, aunque muda, mas no sabe
el nombre articular que más querría;
ni lo ha visto, si bien pincel suave
lo ha bosquejado ya en su fantasía.
Al pie –no tanto ya, del temor, grave-
fía su intento; y, tímida, en la umbría
cama de campo y campo de batalla,
fingiendo sueño al cauto garzón halla.

           XXXVIII
El sueño de sus miembros sacudido,
gallardo el joven la persona ostenta,
y al marfil luego de sus pies rendido,
al coturno besar dorado intenta.
Menos ofende el rayo prevenido
al marinero, menos la tormenta
prevista le turbó o prognosticada:
Galatea lo diga, salteada.

           XXXIX
Más agradable y menos zahareña,
al mancebo levanta venturoso,
dulce ya concediéndole y risueña,
paces no al sueño, treguas sí al reposo.
Lo cóncavo hacía de una peña
a un fresco sitial dosel umbroso,
y verdes celosías unas hiedras,
trepando troncos y abrazando piedras.71

                 





























EL CLASICISMO MODERNO
EN LA FRANCIA DE MOLIÈRE Y RACINE

Mientras el resto de Europa sufría las consecuencias de la degeneración del barroco. Francia logró su edad de oro. Al siglo XVII se le ha denominado con razón le grand siécle. Pero este período del clasicismo es breve.

Los principales representantes del clasicismo francés son: en la tragedia, Racine; en la comedia, Moliére; en la oratoria, Bousset; en la literatura mundana, La Rochefoucauld y Mme. De Sevigné; en la crítica, Boileau y en la fábula, La Fontaine; este último es el más independiente, el que menos se somete a las directivas del siglo.

Vamos a estudiar ahora los caracteres generales de la literatura clásica francesa de la segunda mitad del siglo XVII:

1° Está de acuerdo con las instituciones de la época.-

Es una literatura al servicio de las instituciones sociales, políticas y religiosas; es decir, respeta el orden establecido, no ataca, sino que sirve a las instituciones y al régimen político.

2° Es una literatura centralizada en la monarquía.- El monarca asume en la segunda mitad del siglo XVII la dirección de los espíritus. En Versailles, el Rey Sol es el protector de las artes y de las letras. (p. 87)

3° Es una literatura critiana.- En la segunda mitad del siglo XVII hay unidad religiosa en Europa. La religión del príncipe es la de los súbditos. Esta divisa consagra la intolerancia. El Edicto de Nantes, expedido por Enrique IV (1598), fue abolido ahora por Luis XIV (1685) estableciendo la intolerancia de cualquier religión fuera de la católica.

4° Es una literatura aristocrática y mundana.- Las producciones literarias están destinadas preferentemente a las clase aristocrática. No es una literatura popular. El espíritu mundano se manifiesta especialmente en las máximas de  La Rochefoucauld y en las cartas de Madame de Sevigné.

5°  Es una literatura espiritualista y mora.- No le interesa la naturaleza inanimada, las cosas del mundo exterior, sino el hombre espiritualmente considerado, prescindiendo de su ser físico. No interesan el vestido, el decorado, como ocurre en el preciosismo, ni la descripción sentimental de un bosque o un río, sino el alma humana. Esta literatura pretende transformar al individuo moralmente, no a la sociedad. La reforma moral individual es el ideal de Moliére.

No existe oposición entre el individuo y la sociedad; impera la armonía.

6°  Es una literatura impersonal y objetiva.- No interesan las sutilidades ni sentimientos subjetivos del autor; sus defectos y cualidades, sino que, a diferencia del Barroco y del Romanticismo, el autor permanece al margen, independiente a la obra.

7°  Es una literatura disciplinada.- Está sometida a reglas estéticas, tomadas de la tradición.
Su principal codificador fue Boileau, quien en su Arte Poética (1674) toma las reglas aristotélicas y las exagera, no dejando margen a la libertad. Sus reglas son caprichosas, rígidas, severas y tienden a destruir la personalidad del escritor.

Lo barroco y lo romántico se caracterizan por la libertad en el arte. En cambio, lo clásico, por la sujeción a las normas.

8°  Es una literatura equilibrada.- Se realiza un equilibrio entre la razón y la verdad, equilibrio que dejará de existir en el siglo XVIII.

La razón es el guía que permite llegar a la verdad y comprender a la naturaleza. Predomina sobre la imaginación, que conduce a lo fantástico, y sobre la sensibilidad, que conduce a la expresión de los subjetivo. Sin embargo la razón aparece, en el siglo XVII, sometida a las instituciones políticas y sociales; respeta la religión, la moral y la tradición, debido al freno que éstas le imponen. El predominio de la razón proviene del Renacimiento. Mientras que el Barroco se aproxima a la Edad Media y se aleja del Renacimiento, el Clasicismo se aproxima al Renacimiento y el espíritu renacentista es, en su esencia, Clasicismo.

9°  Es una literatura cuyo ideal artístico radica en la imitación de la naturaleza.-
Se sigue en ello a Aristóteles. No es una imitación servil de la naturaleza, sino que se seleccionan los datos de la misma.
El arte debe ajustarse a la realidad y no deformarla. Sus caracteres deben ser : la naturalidad y claridad en los conceptos, sencillez en el estilo y en el lenguaje; la naturaleza es sencilla.

10°  Es una literatura que imita a los antiguos.- Si el arte radica en la imitación de la naturaleza, los modelos fundamentales deben ser los antiguos: por estar más próximos, más cercanos a ella, son los que la han comprendido mejor, por eso son los más sencillos, los más objetivos. Sin embargo, no se hace de los antiguos una imitación tan servil como en el Renacimiento.

PERÍODO DE TRANSICIÓN (1687-1721)

En la literatura francesa, existe un período de transición entre los siglos XVII y XVIII, período que participa de los caracteres de uno y otro siglo.
La querella entre los antiguos y los modernos, en el aspecto literario: Bayle y Fontenelle continuadores del racionalismo cartesiano, en el aspecto filosófico, y los libertinos en el aspecto moral, caracterizan a este período en el cual se encuentra la raíz y el germen de todo el siglo XVIII.

En al querella entre los antiguos y los modernos aparece reflejada la crisis del ideal clasico.
El ideal clásico, armonía de la razón, de la verdad y de la belleza; se deforma con el triunfo del racionalismo, que convierte a la razón, de factor predominante (siglo XVII) en factor exclusivo (siglo XVIII).

El aspecto fundamental de la querella consiste en la  cuestión de si son superiores los antiguos greco-latinos a los modernos o, si por el contrario, éstos han logrado superarlos. Carlos Perracult es el jefe de los partidarios de los modernos. En su poema El siglo de Luis el Grande (1678), sin duda para halagar a Luis XIV, afirma que su siglo es más brillante que el de Pericles y Augusto. La razón fundamental en que se basa para sostener su opinión es la aplicación de la ley del progreso y de la perfectibilidad indefinida del espíritu humano. Decía Perrault: “ los antiguos verdaderamente somos nosotros, porque somos más viejos, tenemos más experiencia y por lo tanto hemos llegado a una mayor perfección”.

La creencia en el progreso, aplicada a la literatura, trae como consecuencia la afirmación de la superioridad de lso modernos y el abandono de la tradición clásica, lo que destruye el ideal artístico. El siglo XVIII será un siglo sin arte, será el siglo del progreso y de la razón.

La tesis de la superioridad de los modernos produjo gran conmoción y levantó grandes resistencias. Los más grandes poetas de la época son partidarios de los antiguos ( Boileau, Racine, La Fontaine y la Bruyere).

En 1701 se produce la reconciliación entre Boileau y Perrault, Boileau reconoce en ciertos aspectos el mérito de los modernos. El error de la querella radica en el planteamiento, en no reconocer que existe un ideal permanente de belleza que puede alcanzarse en cualquier época.

EL NEOCLASICISMO

La literatura francesa del siglo XVIII presenta los siguientes caracteres:

1°) Es una literatura militante que en nombre de la soberanía absoluta de la razón, ataca todas las creencias tradicionales y pretende reformar o destruir todas las instituciones de la época.

Los tres pilares sobre los cuales descansaba el régimen anterior: poder eclesiástico, forma de gobierno y organización social, son atacados en este siglo.

2°) Es una literatura revolucionaria por su contenido filosófico, pero conservadora desde el punto de vista literario. Respeta las reglas y las formas de la literatura del siglo precedente.

3°) El racionalismo ha destruido el ideal clásico. Desaparece el equilibrio entre la razón y la verdad, entre la razón y el sentido estético y se afirma la primacía exclusiva y absoluta de la razón. La razón domina sin límites. Ni la esferas de la fe, ni las de la tradición, se encuentran libres del dominio de la razón.

4°) El ideal artístico aparece desplazado por el espíritu filosófico y científico. La lengua se intelectualiza, se amolda a las exigencias del pensamiento filosófico, que trata de expresar con claridad y precisión. El fondo predomina sobre la forma. Se pierde el sentido del matiz en el lenguaje. Hay, en cierto modo, una precisión algebraica en la expresión de las ideas.

5°) finalmente, la literatura del siglo XVIII desprecia a los antiguos, ataca toda la tradición clásica en nombre de la creencia en el progreso. La imitación en la literatura se realiza sobre modelos del siglo anterior y no sobre los autores grecolatinos.

Durante el siglo XVIII, la influencia francesa determinará la formación de una literatura neoclásica en toda Europa, a la cual sustituirá, en el siglo XIX, el Romanticismo. 67
















64 Cfr. Hontanar. Op. Cit., pp. 71-87.
65 Aclaración: El movimiento Barroco alcanza poca trascendencia en los países europeos no españoles; por esta razón daremos primero las características generales del Barroco en algunos países de Europa, y luego nos concentraremos en España.
66  Cfr. Ángel Valbuena Prat. Historia de la literatura española, tomo II7ª. Edición, Barcelona, Gustavo Gili, 1963, pp. 479-524.
67 Antonio Vilanova. Op. cit., pp. 248-249.
68 Ibidem, pp. 252-253.
69 Idem
69  Idem
70  Ibidem, 254.
71 Ibidem, pp. 255-259.
67 Cfr. Hontanar. Op. cit., pp. 85-92.EL BARROCO EUROPEO
RECUERDA LO QUE SABES
1. En un contexto cultural, ¿qué entiendes por Barroco?
2. Cuando dices en el habla cotidiana: “Este planteamiento es muy barroco”, ¿a qué te refieres?
3. Como corriente literaria el Barroco alcanzó mayor esplendor en España y sobre todo en poesía lírica; ¿recuerdas el nombre de algún poeta que pertenezca a esta corriente?
4. ¿En qué siglo se desarrolla el Barroco?
5. ¿Qué relación existe entre el Barroco y el Renacimiento?
6. ¿Cervantes pertenece al Barroco?
7. El teatro de Lope de Vega, ¿se ubica en el Renacimiento o en el Barroco.
Concepto y ámbito del Barroco64
En el siglo XVII, en su primera mitad, se manifiesta en toda Europa un fenómeno post-renacentista, que significa en cierto modo un retorno a lo medieval, al mismo tiempo que una reacción contra el espíritu renacentista que caracterizaba al siglo XVI. Es el Barroco.
En la segunda mitad del siglo XVII, la literatura de todos los países europeos, excepto Francia, pasa por un momento de decadencia, que se  caracteriza por la exageración y degeneración de lo Barroco. La literatura francesa, que había participado de la tendencia barroca en la primera mitad del siglo, se aparta ahora del barroquismo, para realizar el ideal clásico, en su edad de oro, que corresponde al siglo de Luis XIV.
Por consiguiente en el siglo XVII, encontramos dos movimientos literarios que lo caracterizan: el Barroco, que es común en toda Europa, y el Clasicismo francés o Clasicismo moderno, que florece en la segunda mitad del siglo. Inicialmente explicaremos el primero de ellos.
La concepción del Barroco como movimiento cultural y literario dominante en el siglo XVII, al mismo tiempo que como constante histórica opuesta al clasicismo, es de origen reciente.
Según algunos, la palabra barroco tendría el mismo origen etimológico que barrueco, vocablo que significa en orfebrería “perla irregular” y que procede del latín verruca, verruga. En italiano barroco significa “acumulación”. Pero lo más probable es que proceda de baroco vocablo utilizado por la lógica medieval para designar una de las figuras del silogismo. Ahora bien; la antipatía del Renacimiento contra el escolasticismo y aristotelismo en general, condujo a un empleo despectivo de sus términos. Así barroco se hizo sinónimo de absurdo, confuso. En realidad, este significado de censura se mantuvo aplicado a la historia de los estilos hasta Jacobo Burckhardt, a partir del cual el vocablo barroco se emplea como denominación objetivo de un estilo determinado.
Lo barroco como constante histórica
De acuerdo con la opinión de Eugenio D´Ors en el año 1931 se operó una revisión fundamental en el concepto Barroco. A partir de ese momento, se atribuyen al Barroco los siguientes caracteres que de alguna manera son opuestos a los que la historia había trabajado hasta el presente.
1° El Barroco no es una tendencia limitada a las artes plásticas, sino común a todas las manifestaciones de la ciencia.
2°  No es un movimiento peculiar a determinado país, época o región, sino común a todos los países y a todas las épocas.
3° El Barroco no es el producto de la desintegración o descomposición del Renacimiento, sino el “anticipo de las soluciones románticas”. Del mismo modo que el Romanticismo, el Barroco repugna a la razón; se caracteriza por la espontaneidad y la “la soberanía de la naturaleza sobre el espíritu”.
4°  El Barroco no es una “enfermedad del gusto”, sino “una de las formas de la normalidad en el gusto”. Constituye una constante histórica, permanente y universal, opuesta al clasicismo, que se caracteriza: por el movimiento, por la transgresión  de los límites entre las artes, especialmente entre la pintura y la escultura y por la multipolaridad; a diferencia de los clásico, el autor barroco no desarrolla su obra en torno a un centro, sino a varios; en la pintura barroca parecía que el centro estuviese fuera del cuadro.

Caracteres culturales y literarios del barroco
Ante la dificultad de concretar en una definición a un fenómeno tan complejo como el Barroco, seguiremos para exponer su concepto, la vía de la caracterización. Los caracteres del Barroco tienen mucho más de esquemático y arbitrario que los de otras épocas, que aparecen más claramente configuradas, en la historia de la literatura.
El Barroco se caracteriza por el dinamismo y el culto al contraste; por la preocupación religiosa; sensualidad y misticismo; por el pesimismo, la melancolía y el amor a la soledad; por el amaneramiento y agudeza, por la exaltación de la individualidad y la influencia española.
1° Dinamismo y culto al contraste. Puede establecerse un paralelismo entre las artes y la literatura correspondientes a una misma época. Así, las formas arquitectónicas grecorromanas del Renacimiento se caracterizan por las líneas clásicas, acabadas, perfectas; producen una impresión de equilibrio, serenidad y armonía.
Por el contrario, el Barroco se caracteriza por las líneas truncas, inacabadas, frontones rotos, arcos incompletos; produce una impresión de desequilibrio, dinamismo y contraste.
Afirma Díaz Plaja refiriéndose al Barroco literario, que se caracteriza por el culto al contraste estético (choque de colores, exageración de relieves, expresionismo) e ideológico (confrontación violenta de temas opuestos): Amor- Dolor, Vida- Muerte, Juventud- Vejez, etcétera.
2°  Preocupación religiosa.- Al neopaganismo renacentista, que se satisface en el culto al hombre y a la naturaleza, lo sustituye en ansia motivada por la búsqueda de Dios.
Corresponde el Barroco a la época de la Contrarreforma y participa por lo tanto de esa intensa inquietud religiosa.
3°  Sensualidad y misticismo. Juntamente con esa preocupación religiosa, el espíritu barroco se caracteriza por el sensualismo y el materialismo, por un desencanto del ideal y un apego a las cosas concretas.
Existe una tendencia a la humanización de lo sobrenatural. El neoplatonismo, que había dominado durante el Renacimiento, conducía mediante un proceso de idealización, a la concepción de la mujer como un ser distante e imposible (Beatriz), a la concepción de la naturaleza como un reflejo de la Divinidad (Fray Luis) y a la concepción del hombre como centro del universo y acreedor a la gloria.
El Barroco se caracteriza por el desencanto de todos esos ideales. La mujer se convierte en una cosa concreta, carnal, próxima al poeta; el paisaje adquiere un mero valor de objeto plástico, y el hombre se encuentra rodeado de cosas sensibles que lo aprisionan.
El mundo artificioso del Renacimiento es sustituido por una tendencia de la realidad que se percibe con los sentidos, pero al mismo tiempo y contradictoriamente el espíritu se eleva en una actitud mística a un mundo de imaginación totalmente divorciado de la realidad. Son las dos fuerzas opuestas que integran un aspecto del dualismo barroco, de contrastes extremos; sensualidad y misticismo; anhelo realista del mundo, fuga ascética del mundo.
4° Pesimismo y melancolía. Amor  a la soledad. El espíritu en que se desenvuelve la Reforma y la Contrarreforma es de reacción contra el renacentismo vital y paganizante traído de Italia.
Los temas de amores y placeres dan paso a una poesía de desengaño y tristeza.
5° Amaneramiento y agudeza. El Barroco se caracteriza por un amaneramiento contrario a la naturalidad, que es el ideal de lo clásico; por un rebuscamiento, un abuso de tropos, de imágenes y de metáforas, por la agudeza en los conceptos y el retorcimiento en la expresión.
El siglo XVII, especialmente en España, se opone al XVI, cuyas notas características son la claridad, la precisión la pureza y la sencillez.
El Barroco se caracteriza por el simbolismo, por la extravagancia de sus procedimientos y por el acrobismo de la versificación.

6° Exaltación de la individualidad. Al decir de Pfandl, el Barroco se caracteriza por un prurito de individualismo y de originalidad ingeniosa, que no vuelve a encontrarse hasta el impulso genial del Romanticismo.
El ideal barroco del hombre de ingenio procede de España. Ingenio equivale a refinada espiritualidad que reúne inteligencia, agudeza, ironía, gracia y buen gusto. No es el orgullo del saber, característico del Renacimiento humanista, sino el talento, arbitrariamente barroco, basado en sí mismo. Cuando degenera y se hace superficial, se convierte en ingeniosidad y manía de originalidad.
Este individualismo barroco se manifiesta especialmente en el conceptismo, pero también en el culteranismo, cuya rebuscada oscuridad no es otra cosa que orgulloso aislamiento y deliberado propósito de apartarse del hombre vulgar.
7° Influencia española. En el siglo XVII, España sustituye a Italia en al dirección de la cultura europea; el espíritu español, esencialmente barroco, culmina en esta época y orienta toda la literatura europea.
Algunos autores identifican el predominio del espíritu español de la Contrarreforma con el concepto de lo barroco y llegan  a afirmar que allí donde hay influencia española, hay barroquismo.
El Barroco en los principales países europeos65
1. En España
España, que es un país esencialmente barroco, en el siglo XVII exagera sus propias tendencias naturales y convierte su barroquismo eterno e inconsciente en un barroquismo histórico y consciente.
La dirección política de la Casa de Austria solidaria con el triunfo del Catolicismo, es decir de la Contrarreforma, será un factor decisivo en esta actitud anti-renacentista (y de reacción contra el neopaganismo italianizante) que caracteriza al Barroco.
El Barroco literario en España se manifiesta en tres direcciones: El culteranismo que domina en la poesía y cuyo principal representante es Luis de Góngora; el conceptismo que se refleja especialmente en la prosa y que tiene como agente dominante a Francisco de Quevedo; el calderonianismo que continúa el estilo barroco de Calderón de la Barca.
El culteranismo también llamado cultismo o gongorismo presenta las siguientes notas dominantes:
A. Se continúan y profundizan las propuestas líricas del Renacimiento.
B. Se introducen neologismos con la finalidad de crear un lenguaje culto y refinado.
C. Un recurso poético importante consiste en el empleo del hipérbaton o alteración del orden sintáctico normal de una oración con fines poéticos, a modo de sintaxis latina y, también, utilización de metáforas audaces y caprichosas.
D. Afán de demostrar conocimientos mitológicos.
El conceptismo surge a partir del segundo tercio del siglo XVII con Francisco de Quevedo. Sus características principales son:
A. Movimiento anticulterano.
B. Recurre a la metáfora como juego intelectual y no para el enriquecimiento sensorial de la frase como lo había hecho Góngora.
C. Repudia el halago retórico y se orienta hacia el terreno filosófico de donde rescata los “conceptos” rectores de la nueva dirección poética.
El calderonianismo se manifiesta preponderantemente en el teatro y en particular en el drama de Calderón de la Barca.
Los elementos barrocos en Calderón puede ser sintetizados así:
A. Poderoso dinamismo.
B. Retorcimiento conceptual y metafórico.
C. Una particular movilidad en la misma acción y en los personajes.
D. Un equilibrio inestable, análogo al de las formas inacabadas, abiertas del arte coetáneo.
E. un contraste, entre los personajes, entre las acciones opuestas y las actitudes de éstos, que en la forma exterior coincide con las antítesis y paradojas, y que tiene por equivalente el claroscuro en pintura.
F. Una derivación hacia la ternura, el sentimiento, la nostalgia.
G. Tendencia a la hipérbole, hacia lo desmesurado.
H. En el drama domina un eje central y una ley de subordinación, y se da un abundante elemento decorativo, metáforas brillantes que revelan lo poético y lo pintoresco.66
2. En Italia
Desde la segunda mitad del siglo XVI se hispaniza el renacimiento italiano por la supremacía política de España y por su influencia espiritual, que se ejerce desde la iniciación del Concilio Trento (1545).
La tendencia española a dar a todo asunto una enfoque religioso, a tratarlo “a lo divino”, es adoptada por los escritores italianos.
La obra maestra de la literatura barroca italiana es la Jerusalén Libertada (1575) de Torcuato Tasso, epopeya de base religiosa que traduce la preocupación de la época de la Contrarreforma. Se caracteriza por la melancolía, por una mezcla de sensualidad y religiosidad, una especia de casta voluptuosidad, de remordimiento y arrepentimiento, y finalmente por un arrebato propio del misticismo español que contrasta con la atrevida sensualidad pagana, típicamente renacentista de Ludovico Ariosto, autor renacentista ya estudiado supra.
3. En Inglaterra
Es asombroso que un país protestante y sajón haya adoptado durante medio siglo los elementos espirituales de España, adversaria en lo político y en lo religioso.
El eufuismo constituye la manifestación típica del barroco inglés; es una tendencia equivalente al culteranismo. Se caracteriza por el tono alambicado, por la afectación del estilo y el empleo de imágenes absurdas. Sin embargo el esplendor y la brillantez son cualidades del Euphues de Lyly que significa una revolución en el estilo y que influirán en la etapa preparatoria del periodo isabelino.
En efecto, los primeros dramas de Shakespeare sufren la influencia del Eufuísmo. Más tarde, en Hamlet, Shakespeare ridiculizará a Lyly.
El más hispanizado y el más barroco de los poetas ingleses de la época es Milton (1608-1672), autor de El Paraíso Perdido.
4. En Francia
En el siglo XVII francés podemos distinguir tres momentos:
1° Período de preparación del clasicismo y de manifestación del barroco (1610-1659)
2° Periodo del clasicismo moderno o clasicismo francés (1659-1687)
3° Período de transición hacia el Neoclasicismo del siglo XVIII (1687-1721)
En los comienzos del primer período del siglo XVII se advierte una reacción contra la literatura renacentista de Ronsard. Surge una tendencia a depurar la lengua y el verso, reforma que fue iniciada por Malherbe y continuada por las academias y los salones literarios.
La Academia Francesa fundada privadamente por Conrart, se oficializa con Richelieu.
Los salones tienen enorme importancia; constituyen verdaderos centros literarios en esta etapa anterior a la implantación del absolutismo monárquico.

Autores y obras representativas del Barroco Español

El culteranismo: Luis de Góngora.

ROMANCES

La más bella niña
de nuestro lugar,
hoy viuda y sola
y ayer por casar,
viendo que sus ojos
a la guerra van,
a su madre dice
que escucha su mal:
       
     Dejadme llorar
     orillas del mar.

Pues me distes, madre,
en tan tierna edad
tan corto el placer,
tan largo el pesar,
y me cautivastes
de quien hoy se va
y lleva las llaves
de mi libertad,

     Dejadme llorar
     orillas del mar.

En llorar conviertan
mis ojos, de hoy más,
el sabroso oficio
del dulce mirar,
pues que no se pueden
mejor ocupar,
yéndose a la guerra
quien era mi paz.

     Dejadme llorar
     orillas del mar.

No me pongáis freno
ni queráis culpar;
que lo uno es justo,
lo otro por demás.
Si me queréis bien
no me hagáis mal;
harto peor fuera
morir y callar.

     Dejadme llorar
     orillas del mar.

Dulce madre mía,
¿quién no llorará
aunque tenga el pecho
como un pedernal,
y no dará voces
viendo marchitar
los más verdes años
de mi mocedad?

     Dejadme llorar
     orillas del mar.

Váyanse las noches,
pues ido se han
los ojos que hacían
los míos velar;
váyanse, y no vean
tanta soledad,
después que en mi lecho
sobra la mitad.

     Dejadme llorar
     orillas del mar.67
Letrillas.

      96-1581

Ándeme yo caliente
y ríase la gente.

Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.

Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados,
como píldoras dorados;
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.

Cuando cubra las montañas
de blanca nieve enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.

Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.

Pase a media noche el mar,
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.

Pues Amor es tan cruel,
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.68

Alegoría de la brevedad de las
      cosas humanas

Aprended, flores, en mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui,
y sombra mía aun no soy.

La aurora ayer me dio cuna,
la noche ataúd me dio;
sin luz muriera, si no
me la prestara la luna.
Pues de vosotras ninguna
deja de acabar así,
Aprended, flores, en mí, etc.

Consuelo dulce el clavel
es a la breve edad mía,
pues quien me concedió un día,
dos apenas le dio a él;
efímeras del vergel,
yo cárdena, él carmesí.
Aprended, flores, en mí…

Flor es el jazmín, si bella,
no de las más vividoras,
pues dura pocas más horas
que rayos tiene de estrella;
si el ámbar florece, es ella
la flor que él retiene en sí.
Aprended, flores, en mí…

Aunque el alhelí grosero
en fragancia y en color
más días ve que otra flor,
pues ve los de un mayo entero,
morir maravilla quiero,
y no vivir alhelí.
Aprended, flores, en mí…

A ninguna al fin mayores
términos concede el sol,
si no es al girasol,
Matusalén de las flores;
ojos son aduladores
cuantas en él hojas vi.
Aprended, flores, en mí…
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui,
y sombra mía aun no soy.69


SONETOS

224-1582


Ya besando unas manos cristalinas
ya anudándome a un blanco y liso cuello,
ya esparciendo por él aquel cabello
que Amor sacó entre el oro de sus minas,

ya quebrando en aquellas perlas finas
palabras dulces mil sin merecello,
ya cogiendo de cada labio bello
purpúreas rosas sin temor de espinas,

estaba, oh claro Sol invidioso,
cuando tu luz, hiriéndome los ojos,
mató mi gloria y acabó mi suerte.

Si el cielo ya no es menos poderoso,
porque no den los tuyos más enojos,
rayos, como a tu hijo te den muerte.69


228-1582

Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al Sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o víola troncada
se vuelva, más tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.70
                       
FABULA DE POLIFEMO Y GALATEA

{Descripción de Galatea}

             XIII
…Ninfa de Doris hija, la más bella,
adora, que vio el reino de la espuma.
Galatea en su nombre, y dulce en ella
el terno Venus de sus gracias suma.
Son una y otra luminosa estrella
Lucientes ojos de su blanca pluma:
Si roca de cristal no es de Neptuno,
Pavón de Venus es, cisne de Juno.

              XIV
Purpúreas rosas sobre Galatea
la Alba entre lirios cándidos deshoja;
duda de Amor cuál más su color sea,
o púrpura nevada, o nieve roja.
De su frente la perla es, eritrea,
émula, vana. El ciego dios se enoja,
y, condenado su esplendor, la deja
perder en oro al nácar de su oreja.

              XV
Invidia de las ninfas y cuidado
de cuantas honra el mar deidades era;
pompa del marinero niño alado
que sin fanal conduce su venera.
Verde el cabello, el pecho no escamado,
ronco sí, escucha a Glauco la ribera
inducir a pisar la bella ingrata,
en carro de cristal, campos de plata.

{Descripción de la isla de Sicilia, abrasada de amor por Galatea}
              XXI
Arde la juventud, y los arados
peinan las tierras que surcaron antes,
mal conducidos, cuando no arrastrados
de tardos bueyes, cual su dueño errantes;
sin pastor que los silbe, los ganados
los crujidos ignoran resonantes,
de las hondas, si en vez de pastor pobre,
el céfiro no silba, o cruje el robre.
             
            XXII
Mudo la noche el can, el día, dormido,
de cerro en cerro y sombra en sombra yace.
Bala el ganado; al mísero balido,
nocturno el lobo de las sombras nace.
Cébase; y, fiero, deja humedecido
en sangre de una lo que la otra pace.
¡Revoca, Amor, los silbos, o a su dueño
el silencio del can siga, y el sueño!

{Encuentro de Acis y Galatea}

            XXIII
La fugitiva ninfa, en tanto, donde
hurta un laurel su tronco al sol ardiente,
tanto jazmines cuanta hierba esconde
la nieve de sus miembros, da a una fuente.
Dulce se queja, dulce le responde
un ruiseñor a otro, y dulcemente
al sueño da sus ojos la armonía,
por no abrazar con tres soles el día.

            XXIV
Salamandria del Sol, vestido de estrellas,
latiendo el Can del cielo estaba, cuando
(polvo el cabello, húmidas centellas,
si no ardientes aljófares, sudando)
llegó Acis; y , de ambas luces bellas
dulce Occidente viendo al sueño blando,
su boca dio, y sus ojos cuanto pudo,
al sonoro cristal, al cristal mudo.

            XXVII
Caluroso, al arroyo de las manos,
y con ellas las ondas a su frente,
entre dos mirtos que, de espuma canos,
dos verdes garzas son de la corriente.
Vagas cortinas de volantes vanos
corrió Favonio lisonjeramente
a la (de viento cuando no sea) cama
de frescas sombras, de menuda grama.

            XXVIII
La ninfa, pues, la sonorosa plata
bullir sintió del arroyuelo apenas,
cuando, a los verdes márgenes ingrata,
segur se hizo de sus azucenas;
huyera; mas tan frío se desata
un temor perezoso por sus venas,
que a la precisa fuga, al presto vuelo,
grillos de nieve fue, plumas de hielo.

            XXXI
Entre las ramas del que más se lava
en el arroyo, mirto levantado,
carcaj de cristal hizo, si no aljaba,
su blanco pecho, de un arpón dorado.
El monstruo de rigor, la fiera brava,
mira la ofrenda ya con más cuidado,
y aun siente que a su dueño sea, devoto,
confuso alcaide más, el verte soto.

           XXXII
Llamáralo, aunque muda, mas no sabe
el nombre articular que más querría;
ni lo ha visto, si bien pincel suave
lo ha bosquejado ya en su fantasía.
Al pie –no tanto ya, del temor, grave-
fía su intento; y, tímida, en la umbría
cama de campo y campo de batalla,
fingiendo sueño al cauto garzón halla.

           XXXVIII
El sueño de sus miembros sacudido,
gallardo el joven la persona ostenta,
y al marfil luego de sus pies rendido,
al coturno besar dorado intenta.
Menos ofende el rayo prevenido
al marinero, menos la tormenta
prevista le turbó o prognosticada:
Galatea lo diga, salteada.

           XXXIX
Más agradable y menos zahareña,
al mancebo levanta venturoso,
dulce ya concediéndole y risueña,
paces no al sueño, treguas sí al reposo.
Lo cóncavo hacía de una peña
a un fresco sitial dosel umbroso,
y verdes celosías unas hiedras,
trepando troncos y abrazando piedras.71

                 





























EL CLASICISMO MODERNO
EN LA FRANCIA DE MOLIÈRE Y RACINE

Mientras el resto de Europa sufría las consecuencias de la degeneración del barroco. Francia logró su edad de oro. Al siglo XVII se le ha denominado con razón le grand siécle. Pero este período del clasicismo es breve.

Los principales representantes del clasicismo francés son: en la tragedia, Racine; en la comedia, Moliére; en la oratoria, Bousset; en la literatura mundana, La Rochefoucauld y Mme. De Sevigné; en la crítica, Boileau y en la fábula, La Fontaine; este último es el más independiente, el que menos se somete a las directivas del siglo.

Vamos a estudiar ahora los caracteres generales de la literatura clásica francesa de la segunda mitad del siglo XVII:

1° Está de acuerdo con las instituciones de la época.-

Es una literatura al servicio de las instituciones sociales, políticas y religiosas; es decir, respeta el orden establecido, no ataca, sino que sirve a las instituciones y al régimen político.

2° Es una literatura centralizada en la monarquía.- El monarca asume en la segunda mitad del siglo XVII la dirección de los espíritus. En Versailles, el Rey Sol es el protector de las artes y de las letras. (p. 87)

3° Es una literatura critiana.- En la segunda mitad del siglo XVII hay unidad religiosa en Europa. La religión del príncipe es la de los súbditos. Esta divisa consagra la intolerancia. El Edicto de Nantes, expedido por Enrique IV (1598), fue abolido ahora por Luis XIV (1685) estableciendo la intolerancia de cualquier religión fuera de la católica.

4° Es una literatura aristocrática y mundana.- Las producciones literarias están destinadas preferentemente a las clase aristocrática. No es una literatura popular. El espíritu mundano se manifiesta especialmente en las máximas de  La Rochefoucauld y en las cartas de Madame de Sevigné.

5°  Es una literatura espiritualista y mora.- No le interesa la naturaleza inanimada, las cosas del mundo exterior, sino el hombre espiritualmente considerado, prescindiendo de su ser físico. No interesan el vestido, el decorado, como ocurre en el preciosismo, ni la descripción sentimental de un bosque o un río, sino el alma humana. Esta literatura pretende transformar al individuo moralmente, no a la sociedad. La reforma moral individual es el ideal de Moliére.

No existe oposición entre el individuo y la sociedad; impera la armonía.

6°  Es una literatura impersonal y objetiva.- No interesan las sutilidades ni sentimientos subjetivos del autor; sus defectos y cualidades, sino que, a diferencia del Barroco y del Romanticismo, el autor permanece al margen, independiente a la obra.

7°  Es una literatura disciplinada.- Está sometida a reglas estéticas, tomadas de la tradición.
Su principal codificador fue Boileau, quien en su Arte Poética (1674) toma las reglas aristotélicas y las exagera, no dejando margen a la libertad. Sus reglas son caprichosas, rígidas, severas y tienden a destruir la personalidad del escritor.

Lo barroco y lo romántico se caracterizan por la libertad en el arte. En cambio, lo clásico, por la sujeción a las normas.

8°  Es una literatura equilibrada.- Se realiza un equilibrio entre la razón y la verdad, equilibrio que dejará de existir en el siglo XVIII.

La razón es el guía que permite llegar a la verdad y comprender a la naturaleza. Predomina sobre la imaginación, que conduce a lo fantástico, y sobre la sensibilidad, que conduce a la expresión de los subjetivo. Sin embargo la razón aparece, en el siglo XVII, sometida a las instituciones políticas y sociales; respeta la religión, la moral y la tradición, debido al freno que éstas le imponen. El predominio de la razón proviene del Renacimiento. Mientras que el Barroco se aproxima a la Edad Media y se aleja del Renacimiento, el Clasicismo se aproxima al Renacimiento y el espíritu renacentista es, en su esencia, Clasicismo.

9°  Es una literatura cuyo ideal artístico radica en la imitación de la naturaleza.-
Se sigue en ello a Aristóteles. No es una imitación servil de la naturaleza, sino que se seleccionan los datos de la misma.
El arte debe ajustarse a la realidad y no deformarla. Sus caracteres deben ser : la naturalidad y claridad en los conceptos, sencillez en el estilo y en el lenguaje; la naturaleza es sencilla.

10°  Es una literatura que imita a los antiguos.- Si el arte radica en la imitación de la naturaleza, los modelos fundamentales deben ser los antiguos: por estar más próximos, más cercanos a ella, son los que la han comprendido mejor, por eso son los más sencillos, los más objetivos. Sin embargo, no se hace de los antiguos una imitación tan servil como en el Renacimiento.

PERÍODO DE TRANSICIÓN (1687-1721)

En la literatura francesa, existe un período de transición entre los siglos XVII y XVIII, período que participa de los caracteres de uno y otro siglo.
La querella entre los antiguos y los modernos, en el aspecto literario: Bayle y Fontenelle continuadores del racionalismo cartesiano, en el aspecto filosófico, y los libertinos en el aspecto moral, caracterizan a este período en el cual se encuentra la raíz y el germen de todo el siglo XVIII.

En al querella entre los antiguos y los modernos aparece reflejada la crisis del ideal clasico.
El ideal clásico, armonía de la razón, de la verdad y de la belleza; se deforma con el triunfo del racionalismo, que convierte a la razón, de factor predominante (siglo XVII) en factor exclusivo (siglo XVIII).

El aspecto fundamental de la querella consiste en la  cuestión de si son superiores los antiguos greco-latinos a los modernos o, si por el contrario, éstos han logrado superarlos. Carlos Perracult es el jefe de los partidarios de los modernos. En su poema El siglo de Luis el Grande (1678), sin duda para halagar a Luis XIV, afirma que su siglo es más brillante que el de Pericles y Augusto. La razón fundamental en que se basa para sostener su opinión es la aplicación de la ley del progreso y de la perfectibilidad indefinida del espíritu humano. Decía Perrault: “ los antiguos verdaderamente somos nosotros, porque somos más viejos, tenemos más experiencia y por lo tanto hemos llegado a una mayor perfección”.

La creencia en el progreso, aplicada a la literatura, trae como consecuencia la afirmación de la superioridad de lso modernos y el abandono de la tradición clásica, lo que destruye el ideal artístico. El siglo XVIII será un siglo sin arte, será el siglo del progreso y de la razón.

La tesis de la superioridad de los modernos produjo gran conmoción y levantó grandes resistencias. Los más grandes poetas de la época son partidarios de los antiguos ( Boileau, Racine, La Fontaine y la Bruyere).

En 1701 se produce la reconciliación entre Boileau y Perrault, Boileau reconoce en ciertos aspectos el mérito de los modernos. El error de la querella radica en el planteamiento, en no reconocer que existe un ideal permanente de belleza que puede alcanzarse en cualquier época.

EL NEOCLASICISMO

La literatura francesa del siglo XVIII presenta los siguientes caracteres:

1°) Es una literatura militante que en nombre de la soberanía absoluta de la razón, ataca todas las creencias tradicionales y pretende reformar o destruir todas las instituciones de la época.

Los tres pilares sobre los cuales descansaba el régimen anterior: poder eclesiástico, forma de gobierno y organización social, son atacados en este siglo.

2°) Es una literatura revolucionaria por su contenido filosófico, pero conservadora desde el punto de vista literario. Respeta las reglas y las formas de la literatura del siglo precedente.

3°) El racionalismo ha destruido el ideal clásico. Desaparece el equilibrio entre la razón y la verdad, entre la razón y el sentido estético y se afirma la primacía exclusiva y absoluta de la razón. La razón domina sin límites. Ni la esferas de la fe, ni las de la tradición, se encuentran libres del dominio de la razón.

4°) El ideal artístico aparece desplazado por el espíritu filosófico y científico. La lengua se intelectualiza, se amolda a las exigencias del pensamiento filosófico, que trata de expresar con claridad y precisión. El fondo predomina sobre la forma. Se pierde el sentido del matiz en el lenguaje. Hay, en cierto modo, una precisión algebraica en la expresión de las ideas.

5°) finalmente, la literatura del siglo XVIII desprecia a los antiguos, ataca toda la tradición clásica en nombre de la creencia en el progreso. La imitación en la literatura se realiza sobre modelos del siglo anterior y no sobre los autores grecolatinos.

Durante el siglo XVIII, la influencia francesa determinará la formación de una literatura neoclásica en toda Europa, a la cual sustituirá, en el siglo XIX, el Romanticismo. 67















64 Cfr. Hontanar. Op. Cit., pp. 71-87.
65 Aclaración: El movimiento Barroco alcanza poca trascendencia en los países europeos no españoles; por esta razón daremos primero las características generales del Barroco en algunos países de Europa, y luego nos concentraremos en España.
66  Cfr. Ángel Valbuena Prat. Historia de la literatura española, tomo II7ª. Edición, Barcelona, Gustavo Gili, 1963, pp. 479-524.
67 Antonio Vilanova. Op. cit., pp. 248-249.
68 Ibidem, pp. 252-253.
69 Idem
69  Idem
70  Ibidem, 254.
71 Ibidem, pp. 255-259.
67 Cfr. Hontanar. Op. cit., pp. 85-92.